Tarta de Boda de Alfonso & Irene.
Corrían los primeros días del mes de Mayo, y yo estaba en mi voluntariado de tenis en la Caja Mágica, un poco desconectada del mundo repostero, cuando recibo la llamada de Irene.
Venía referenciada por una amiga y clienta (gracias Tereza), que quería una tarta para su boda que era a finales de junio, y que la ha habían dejado tirada en otro sitio y claro el tiempo iba corriendo. Yo le comenté que nunca había hecho ninguna tarta de boda, pero que bueno, que dependiendo de la idea que tuviese veríamos a ver como hacíamos, le dije que me mandara alguna foto de la idea que tenia y que cuando acabara con el tenis hablábamos.
Casi me caigo de la silla cuando veo la tarta que quería.... le gustaba una de Patricia de Cakes Haute Couture.
Mi primera intención fue decir que no, porque todavía no he podido aprender a hacer flores, sólo se hacer rosas, después pensé en si me daba tiempo a aprender hacer peonías con algún tutorial y con tal lío en la cabeza, escribí a Mónica de Atelier Sucreme, a Alma y a Isabel de Sweet Place A Coruña, pidiendo consejo y asesoramiento. Isabel no pudo ayudarme, porque no suelen hacer ese tipo de tartas, pero me deseó mucha suerte y Mónica contestó rápida y me ayudó bastante, desde aquí otra vez ¡mil gracias!
Entonces se me ocurrió pedir ayuda floral a dos blogueras que conocí en la kedada que organizó Alma y a las que sigo y sabia que ellas habían hecho el curso de flores en la tienda Americana con Loleta. Marga fue la primera en contestar, y aceptó el reto de trabajar juntas. Siguiente paso, quedar con la novia para definir su diseño. Así fue como una tarde lluviosa quedamos con Irene, su suegra y su cuñada, Marga llevó su repertorio de flores. Irene tenia un montón de fotos de tartas que le gustaban, cada una diferente con diferentes flores.
Fue difícil llegar al diseño final, quería poner un poco de cada tarta en la suya, los colores iban cambiando cada 5 minutos, pero poco a poco íbamos cerrando temas: Primero las flores, peonías, rosas y flores pequeñas blancas, y poco verde; después los colores de la tarta, rosa con toques morados, y en degradé, de mas oscuro abajo y subiendo hasta casi el blanco arriba. Con todo esto cerrado, Marga ya se puso con las flores, porque ese trabajo se podía ir adelantando, yo sin embargo tuve que esperar hasta el día de antes para ponerme manos a la obra. Compré los dummies, para los pisos que eran falsos, el fondant y el cake stand donde iba a ir la tarta. El piso intermedio era el único comestible y el sabor elegido fue red velvet.
Llegó el dia, y casi una hora después llegamos a la Finca La Matilla, donde estaban unas chicas muy majas colocando los arreglos florales. Hacía un calor tremendo y teníamos unas ganas locas de ponernos a montar todo, para ver el resultado final. Marga con su supermaletin de herramientas reposteras y yo un poco de pinche-ayudante.
Poco a poco iba cogiendo forma, con las cintas, el bouquet de arriba y después los pétalos caídos, y la peonía, la rosa…
El mejor momento fue cuando ya estaba todo, ¡nos había sobrado media hora! Genial, nos pusimos a hacer mogollón de fotos porque nos teníamos que separar de ella….
Los que me conocéis bien, sabéis que me encantan los detalles y si es para un boda más todavía, así que como la pareja tiene una niña pequeña, quise hacerle una mini tarta con los mismos colores con un cupcake, para ella sola. Espero que les gustara.
También diseñé una tarjeta deseándoles suerte, que colocamos junto a la tarta.
Y allí se quedó en una mesita pequeña, en un riconcito, sólo sé que salió a eso de las 12 del rincón. A este post le falta la foto de los novios, que espero nos manden pronto.
Pues nada esta ha sido mi crónica, si queréis ver como lo vivió mi compi de batalla os dejo el enlace a su blog para que lo leáis.
http://www.harinayhuevo.com/
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