Sweet Table para la boda de Pablo & Laura.
El resultado final de esta mesa ya la habéis podido ver en facebook, instagram, twitter y ahora en el blog y pinterest, que por redes sociales no sea….
Una imagen vale mas que mil palabras, pero me apetece contar como fue el planteamiento y el sufrimiento de organizar todo y llevarlo hasta el lugar del evento. Desde navidades sabia que mi amiga Laura se iba a casar, y ella que ya ha probado mis dulces me llamó para reservar fecha para su tarta.... y claro yo pensé "nada de tarta, ¡te monto una sweet table!"
Ahí empezó mi cabecita a dar vueltas sobre que iba a comprar de atrezzo, que dulces iban a componerla.... pero hasta mayo no supe que iba a ser rollo rústico, después ya se definió que los girasoles iban a ser los protagonistas de esta boda.
La primera compra fue en The crafcakemama, al final las botellas no las usé pero ya estoy pensando donde van a hacer su aparición estelar.
< Cubos de zinc, tarros y botellas de cristal, madera, poco a poco iba teniendo todo
Me fabriqué estas dos minialpacas de rafia imitando a las de paja
La tela de arpillera serviría para hacer la banderola, para caminos de mesa y para el biombo que tapó la mesa hasta el momento de hacerla visible a todos los invitados.
La hora de hornear llegó.: tarta nupcial de chocolate y frambuesa, cupcakes oreo girasoles, cupcakes red velvet, macarons con chocolate, cakepops, galletas, brigadeiros (de la mano de mi amiga Le Petit Peche) y chuches, formando dos arbolitos, simulando girasoles…
Lo más difícil, llevar todo en plena hora de calor, sí, justo el sábado 6 de julio estábamos en alerta amarilla y teníamos más de 120km de camino y meter todo en el coche que gracias a mis horas de jugar al tetris encajamos cada caja…
Aire acondicionado a tope en el coche, autopista despejada, salida a Pajares de Adaja ¡y se acaba la carreta! Continuamos por el camino de tierra, grava, con grandes socavones, coche a 20 por hora con un sol de justicia. Miedo, terror de que todas las horas de trabajo se fueran al garete. Llegamos a la finca El Mirador de Adaja, y tras unos minutos de espera a que nos abrieran donde iba a ser la comida, empiezo a mirar que aparentemente no hay nada roto.
Lo más perjudicado era la tarta que se movió un poco en la caja, no iba toda montada, solo cuatro pisos dos a dos, y el último, el pequeño, estaba un poco aplastado por un lado y ladeado. De todo se aprende ¡y la próxima el pequeño no irá suelto!
Un par de horas de montaje, con un calor horrible, no había aire acondicionado, ¡estábamos en un antiguo granero! Y por fin misión cumplida, mesa lista y a tiempo. Solo quedaba esperar a que no se derritiera y que a los novios les gustara.
< Fotos nuevas!!!!! gracias a mi amiga Carmen.... porque yo con el cansancio hice ¡muy pocas y sosas!
Las flores las compré a mis amigas de Imaginate la Luna, que también me prestaron las cajas de madera para conseguir alturas.
¡¡Vivan los novios!!
< ¡Grandes y pequeños al ataque!
Y cinco minutos después...
Eso es buena señal, ¿no?
Gracias a mi ayudante personal, pinche, transportista, y multiusos. Te quiero Fran, sin ti no habría acabado aún.
La próxima entrada será sin duda la más grande.
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